Los pensamientos negativos intrusivos causan mucha angustia y es difícil controlarlos porque son automáticos. Ocultan algún otro problema
Cómo funcionan
Estos pensamientos llamados intrusivos son habituales y también naturales. Y no suelen estar dirigidos a solucionar algo en concreto sino que más bien están ahí dando vueltas pero no buscan soluciones. Son fáciles de diferenciar de los pensamientos más funcionales.
Nuestra mente tiene mucha capacidad para imaginar incluso sin que nos lo propongamos. Y estoy casi segura de que mientras lees esto te viene alguna película de ese tipo a la cabeza.
En condiciones normales se puede convivir con estos pensamientos sin problema pero con estados de ánimo bajo estos pensamientos se hacen congruentes con ese estado de ánimo reforzando e intensificando la angustia y la falta de confianza, y la percepción del futuro se hace más negativa.
En momentos de bajón tu mente conecta con la versión más negativa de tu vida, transformando incluso el pasado y pronosticando un futuro poco esperanzador.
A un pensamiento van unidas unas emociones. Si el pensamiento es negativo la emoción también va a ser negativa, y deja de ser funcional porque en vez de ayudarte a buscar soluciones a algún problema te invita a acomodarte a esa dinámica.
Aunque por naturaleza la mente tiende a crear pensamientos , ya que es una de sus funciones, si estás pasando por un momento difícil esos pensamientos pueden estar distorsionados.
Bucles
Teniendo en cuenta el bucle pensamiento -emoción- acción es fácil darse cuenta de cuál será la conducta que sigue.
Un ejemplo puede ser:
soy insignificante (pensamiento)__angustia/ansiedad (emoción)__ me quedo en casa (acción).
me quedo en casa__ no le importo a nadie__ más angustia y ansiedad
Así los pensamientos, emociones y acciones se retroalimentan entre sí.
Intentamos tranquilizarnos buscando razones que contradigan estos pensamientos, buscando pensamientos positivos o distrayéndonos.
Otras formas de tranquilizarse es a través del orden y control externo, planificando lo máximo posible, a veces organizando la vida de los que nos rodean.
Pero por mucho que razonamos lógicamente vuelven una y otra vez, puede que más intensos o de otras formas, y tratan de confirmarte que son ciertos.
¿Por qué la mente es tan cruel?
la capacidad para imaginar y el funcionamiento constante de la mente producen pensamientos de forma automática y el estado de ánimo bajo e inseguridades actúan como un filtro dando como resultado estas versiones. También hay una estrecha relación entre esta actividad mental, que genera estrés, y problemas intestinales y digestivos.
Qué puedes hacer
1.información
Lo primero para salir de ahí es saber que esos pensamientos no tienen que ver con la realidad, son pensamientos que tu mente produce. La mente está siempre funcionando, pensando, es normal, pero cuando tu estado de ánimo está bajo, funciona como un filtro dando como resultado estos pensamientos negativos intrusivos.
Son resultado de tu imaginación y de tu mente agotada (estado de ánimo bajo, preocupaciones, situaciones estresantes, ansiedad).
Es posible que algunos de esos pensamientos incluso te sorprendan por lo rebuscados que pueden llegar a ser.
La mente tiene mucha capacidad, nunca la subestimes, ¡úsala bien!.
2.No intentes tranquilizarte
Por todo lo dicho en la primera pauta, la segunda consiste en no tranquilizarte. Sí, has oído bien. Si esos pensamientos negativos intrusivos no tienen que ver con la realidad y tampoco tienes que tomarlos en serio, ni intentar tranquilizarte. Esto significa, no los evites y lo menos fácil, no hables con ellos.
Déjales su espacio, que entren y salgan cuando quieran. Permíteles el paso y déjales estar ahí simplemente. Si no les haces caso dejarán de molestarte tanto. Es tan fácil como hacer lo que harías si no estuvieran ahí.
3. Conecta con tus sentidos
La siguiente pauta consiste en centrarte en lo que perciben tus cinco sentidos. Escuchar, tocar, oler, ver y saborear. Te pongo en contexto. Cuando vayas caminando fíjate en tu alrededor, escucha con atención los sonidos, observa los colores y las formas, siente el contacto de tus pies en el suelo, con la ropa, etc.
Si tomas un café, trata de percibir su aroma, su sabor. Date cuenta que el tiempo que inviertes en ciertas cosas va a ser exactamente el mismo, pero puedes sacarle mucho más partido y automáticamente tu mente dejará de dar esas vueltas para hacer eso otro que le mandes.
Cuando estés charlando con alguien, concéntrate en escuchar atentamente a la otra persona en vez de pensar en lo que vas a contestar, deja que el tiempo vaya más lento. La conversación es cosa de dos.
Cuando nos centramos en el presente por medio de algún ejercicio u actividad, eso en lo que nos centramos plenamente actúa como un ancla para nuestros pensamientos y emociones. De esta manera nuestra mente se calma y relaja. Cuando la mente se calma el cuerpo le sigue y deja de generar tensión, por ejemplo, en el estómago.
4.Preocúpate menos, ocúpate más
Ocúpate de aquello que provocó y/o mantiene tu situación de ansiedad, estrés o angustia. Los pensamientos negativos intrusivos sólo son señales, escúchalas y date cuenta de que detrás de ellas está el origen del problema. Estas señales no son el problema, no te dejes engañar.
La inseguridad y autoestima baja son muchas veces la causa de que una situación complicada paralice tu vida. O de que estés muy lejos de donde te gustaría estar. Ahí suele estar el verdadero problema y origen de muchos otros.
Con estas pautas puedes conseguir vivir de una forma más saludable. Y si quieres conectar con tu subconsciente para obtener aún mejores resultados, con hipnosis ericksoniana es muy fácil.
Rosana Santomé
